El ser humano pertenece al mundo natural; es por esto que, durante la primera infancia, la necesidad de contacto con la naturaleza surge de forma espontánea, como una característica innata al proceso evolutivo del ser humano. Sin embargo, en las grandes ciudades, nuestros niños(as) crecen en entornos artificiales, paisajes de cemento, alejados de los entornos naturales de donde provenimos.
Es así como, a través del tiempo, se crearon aulas con paredes artificiales, con actividades planeadas y controladas por orientadores expertos, que garantizan la seguridad en los entornos educativos, partiendo, además, del supuesto errado de que la naturaleza constituye un espacio riesgoso para los estudiantes, por las diferentes circunstancias muchas veces impredecibles y los microorganismos que la habitan.
En el colegio internacional CIEDI sabemos que el aprendizaje en contacto con la naturaleza es esencial para el desarrollo de seres capaces de observar más allá de su contexto inmediato, y de entender y sortear los desafíos en diversos entornos. Por esta razón, nuestro enfoque pedagógico promueve la enseñanza transdisciplinaria en contextos naturales desde los primeros años del Preescolar, motivando al niño(a) a explorar el mundo y a construir conocimiento de esta manera.
A continuación, te explicamos por qué es importante fomentar el vínculo con la naturaleza y cómo lo llevamos a la práctica en nuestro colegio:
En términos generales, la naturaleza siempre ha sido el medio y el recurso a través del cual el ser humano se ha desenvuelto para adquirir sus habilidades y conocimientos.
El artículo “Beneficios del aprendizaje en contacto con la naturaleza” escrito por Jesús Guillén M.D., revela que cuando los niños(as) se exponen a entornos verdes, el cerebro sufre cambios en cuanto a la cantidad de materia gris y blanca presente en algunas de sus regiones como la corteza prefrontal y el cerebelo, beneficiando la memoria y contrarrestando la falta de atención.
Asimismo, la naturaleza tiene un rol importante a nivel biológico, pues favorece la producción de hormonas como las endorfinas y la serotonina, las cuales reducen la liberación excesiva de cortisol, que es el principal responsable de generar estrés y ansiedad. Entonces, cuando los niños(as) tienen un contacto frecuente con espacios naturales, son mucho más felices y tranquilos.
En el CIEDI somos conscientes de que la naturaleza es una gran aliada para la educación holística de nuestros estudiantes, como lo explica la Coordinadora de Preescolar, Lilia González: “los entornos de aprendizaje no pueden estar reducidos a las cuatro paredes, pues tenemos un enfoque de aprendizaje experiencial, y este se beneficia cuando el entorno de aprendizaje se abre más allá del aula”.
Es decir, concebimos la naturaleza como un elemento transversal a todas las áreas del conocimiento, por tanto, además de diseñar experiencias de aprendizaje y juegos al aire libre, la integramos como tal en el proceso educativo a través de nuestro enfoque Nature’s Classroom; pues es claro que para nosotros la exploración y las vivencias, permiten construir un aprendizaje realmente significativo.
Estas son las 3 formas de fomentar el vínculo con la naturaleza desde la educación, que identificamos e implementamos en el CIEDI:
1. Desde la dimensión socioemocional:
En el CIEDI nos enfocamos en formar ciudadanos del mundo con habilidades sociales y emocionales, que construyen su propio proyecto de vida y se relacionan armónicamente con los demás y su entorno para ser verdaderos agentes de cambio.
Por eso, hemos concebido a la naturaleza como un espacio para beneficiar el desarrollo socioafectivo de nuestros estudiantes, en el que también se propicia el vínculo afectivo entre los niños(as) y con sus docentes, construyendo un verdadero modelo de aprendizaje colaborativo.
En una de nuestras salidas, una pequeña de tres años con temor a los insectos, se negaba a observar de cerca un tronco de árbol en el que había termitas, pero finalmente lo logra hacer, al ser animada y alentada por sus pares, lo que además le permitió gestionar su emoción y enfrentar el reto.
2. Desde la dimensión intelectual:
Tenemos claro que el desarrollo natural de los niños(as) se basa en la curiosidad por explorar su entorno, pero a menudo el sistema educativo genera limitaciones a través del confinamiento en un aula o incentivando el aprendizaje basado en la memorización. En el CIEDI sabemos que, al estar en contacto con la naturaleza, los estudiantes pueden explorar por sí mismos y aprender a través de la experiencia.
Así, cuando observan una hoja flotando en un charco o simplemente se preguntan por qué es verde y no de otro color, la curiosidad les lleva a indagar las razones de estos fenómenos y eventos naturales, promoviendo así la capacidad de razonamiento. Posteriormente, nosotros como educadores, mediante el uso de preguntas orientadoras, les acompañamos en la construcción de sus conceptos.
Lo mismo ocurre con el desarrollo del lenguaje. Cuando en medio de su exploración los niños(as) se encuentran con algo que aún desconocen, establecen sus propias definiciones y amplían vocabulario de manera permanente. Así todo lo que el niño(a) ve, lo verbaliza y lo refina en su interacción con pares y docentes.
3. Desde la dimensión física:
Durante las clases y experiencias que diseñamos para promover el aprendizaje en contextos naturales, diariamente comprobamos que la naturaleza cumple un papel determinante en el desarrollo físico de nuestros estudiantes más pequeños, particularmente en el fortalecimiento de la motricidad gruesa, en los primeros cinco años de vida, lo que con el tiempo se constituye en un predictor de éxito en su desarrollo motriz fino.
Para ello, según cuenta Lilia, los aprendizajes a través del juego infantil y los terrenos en condiciones topográficas diversas (planos, montañosos, colinados, socavados) permiten a los niños(as) mejorar su capacidad para correr, brincar, trepar y en general, moverse por sí mismos, al tiempo que les permite fortalecer su confianza para enfrentar este tipo de retos físicos.
De esta manera, el CIEDI es pionero en Colombia en la implementación del programa Nature’s Classroom, enmarcado dentro del enfoque de enseñanza de la Pedagogía de la Naturaleza, que pone a la naturaleza como eje del aprendizaje experiencial de los niños(as).
Nature's Classroom, aprendizaje holístico en medio de la naturaleza:
De esta manera, con el propósito de volver a la esencia de lo simple y retomar el enfoque de una educación holística, en el CIEDI reconocimos la necesidad de promover el contacto con la naturaleza olvidado en los sistemas educativos tradicionales, conscientes de que su exploración, a través de los sentidos, es el mejor camino para alcanzar las habilidades emocionales, intelectuales y físicas que se deben desarrollar en la primera infancia.
Por ello, nuestra propuesta de Nature’s Classroom tiene como objetivo promover que los niños(as) puedan indagar el mundo natural que los rodea por medio de la exploración, para que desarrollen conceptos científicos, sociales, matemáticos, tecnológicos y ecológicos, que les permitan construir las herramientas que necesitarán para la vida.
Actualmente, para seguir impulsando el aprendizaje holístico en diferentes entornos naturales y cada vez especializarnos más en esta área, nuestros maestros se encuentran en proceso de formación para obtener su certificado internacional avanzado (L1) en Nature Pedagogy.
Además, según expone nuestra Directora de Admisiones, Laura Rey, “Nature’s Classroom como proyecto pedagógico tiene bases teóricas y conceptuales lo suficientemente sólidas, para ser reconocido como un enfoque de enseñanza de avanzada, en la que se ubican países potencia como Australia, Estados Unidos y Escocia, en donde se ha demostrado que su impacto sobre el aprendizaje y el desarrollo de habilidades, no se logra de ninguna otra manera”.
¡En nuestro colegio CIEDI lo natural es disfrutar el aprendizaje!
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