A medida que se acercan los últimos años de la vida escolar, crece la incertidumbre en los jóvenes, especialmente cuando se trata de planificar el siguiente paso en el camino educativo y profesional. Es en este contexto que la orientación profesional emerge como una herramienta invaluable para el descubrimiento de habilidades, exploración de opciones de carrera y el desarrollo de una estrategia para alcanzar las metas profesionales.
Mariana Maz, psicóloga del Programa del Diploma del Colegio CIEDI, de los grados noveno, décimo y undécimo, nos explica las razones por las cuáles, los padres de familia deben considerar la orientación vocacional como un apoyo para sus hijos:
La orientación vocacional y profesional abarca todas las acciones de acompañamiento, información y apoyo educativo-psicológico-social para que sus hijos puedan elegir de manera informada y consciente su profesión. Esta elección es una cuestión trascendental para la que es necesario contar con la información adecuada.
Este acompañamiento puede enfocarse desde diferentes ámbitos. Lo ideal es hacerlo desde una perspectiva multidisciplinar que considere temas como el bienestar personal, la interculturalidad, la orientación psicopedagógica, habilidades e intereses personales, la situación económica y social del país, entre otros. Por eso, el papel de los docentes, orientadores y padres de familia es fundamental, porque desde el acompañamiento y el tiempo que pasan con los jóvenes están en condiciones de identificar sus aptitudes, capacidades e intereses.
Empezar por comprender que los hijos no son una extensión de los padres es el principio. Ellos son individuos autónomos, diferente y separados de los padres, por tanto, tiene sueños propios. Desalentarlos en aquello que les gusta hacer o presionarlos en exceso, por lo general no termina bien. El éxito de ellos no dependerá de que tan rentable sea la carrera, sino en la pasión, habilidad, disciplina y sentido que encuentren en lo que decidan estudiar.
Estar atentos a las cosas en las que naturalmente son buenos y apoyarlos en el desarrollo de dichas actividades, les permite asegurar la confianza en sí mismos y mejorar los resultados de lo hacen. Si todavía tu hijo no ha encontrado esa fortaleza, pueden ayudarlo a salir de su zona de confort, exponiéndolo a la naturaleza, las artes, museos, otras culturas, personas y experiencias integrales. Este es un gran ejercicio en el que por medio de la interacción con el entorno su curiosidad le permite descubrir nuevas habilidades o intereses.
Adaptarse a situaciones cambiantes y resolver conflictos de manera eficaz y constructiva son algunas de las fortalezas que las personas con buenas habilidades socioemocionales logran desarrollar. Ser un ciudadano que contribuya a la cohesión social y que potencie su productividad son factores que hacen a una persona más competente en los procesos de admisión a universidades.
Sin embargo, no basta con ser académicamente sobresaliente, sino que es fundamental construir y trabajar en un perfil integral. Perfiles que tengan interés por el servicio, y la creatividad son los que pueden marcar la diferencia, y hoy estas habilidades están siendo más apetecidas en universidades y en el mundo profesional.
Con la aplicación de pruebas y test por parte de un profesional, se puede ayudar a los jóvenes a comprender mejor sus propias fortalezas, debilidades, preferencias y motivaciones. Al conocerse a sí mismos más profundamente, ellos pueden tomar decisiones más informadas sobre su carrera que estén alineadas con sus intereses y valores personales.
Encontrar la vocación es un proceso continuo que puede ir modificándose conforme una persona transita por las diferentes etapas de desarrollo, es un proceso largo de autodescubrimiento. Así que seguramente los jóvenes cambiarán de decisión antes de elegir una carrera profesional e incluso cuando la estén cursando. En estas situaciones es fundamental apoyarlos y animarlos a seguir aprendiendo sobre sí mismos para alcanzar su máximo potencial y realización, ya que este es el objetivo.
Natalia Rodríguez, consejera universitaria explica que en el Colegio CIEDI se realiza un acompañamiento personalizado para los estudiantes de noveno, décimo y undécimo grado, en el que identifica sus intereses, habilidades y áreas de mejora. “En décimo, se busca que los estudiantes finalicen con una elección profesional clara, y en undécimo, el enfoque está en las aplicaciones a universidades nacionales e internacionales”.
Adicionalmente, se ofrecen experiencias grupales como encuentros con representantes universitarios y desde noveno se realizan valoraciones de intereses para ayudar en la elección de asignaturas del IB (Bachillerato Internacional), garantizando que las materias seleccionadas correspondan a sus habilidades y posibles carreras profesionales.
También se aplican cuestionarios de claridad profesional en los tres grados para identificar a estudiantes con talentos específicos, como en áreas de deportes o artes, y así poder brindar asesoría en la búsqueda de becas. El principal filtro es el departamento de orientación, pero acompañamos el vínculo con universidades y empresas, y agencias externas,
El IB es un currículo que brinda a los estudiantes herramientas que los prepara de manera excepcional para la universidad, estas son algunas de ellas:
En conclusión, es fundamental brindar una variedad de actividades que orienten a los estudiantes en su elección profesional, como charlas con profesionales, asesorías personalizadas, ferias universitarias, visitas a empresas y programas de orientación vocacional. Estas experiencias permiten que los estudiantes exploren sus intereses y tomen decisiones informadas sobre su futuro académico y laboral.
Además, para que los procesos de autoconocimiento y reflexión sean realmente útiles en esta decisión crucial, el acompañamiento debe comenzar con suficiente antelación, asegurando así una orientación sólida y efectiva.
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